El Monumento Comestible considera la arquitectura elaborada, la escultura y las carrozas hechas de comida que fueron diseñadas para las celebraciones cortesanas y cívicas en la Europa moderna temprana. Estos incluyen fiestas populares como el Carnaval y la Cuccagna italiana. Al igual que las iluminaciones y los fuegos artificiales, las obras de arte efímeras hechas con alimentos no estaban bien documentadas y eran difíciles de describir porque eran perecederas y, por lo tanto, se consumían o destruían rápidamente.