Hemos entrado en la era de la inseparación. Un movimiento fundamental nos ha llevado de un universo humanista compuesto por entidades separables a una realidad inseparable donde todos los fenómenos que se han globalizado están vinculados, interrelacionados y co- De los teléfonos inteligentes a la multiculturalidad, de los desafíos de la ecología a la política de reinventar las fronteras, de la corrección política al posthumanismo, nuestro mundo está desarrollando una nueva condición de existencia, de la que ha desaparecido la figura del Otro. ¿Bueno? ¿Es malo? Esa no es la cuestión.